Dia 40

Vive con propósito

Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero
son los propósitos del Señor los que prevalecen.
Proverbios 19:21 (PAR)

“David, después de servir a su propia generación
conforme al propósito de Dios, murió”.
Hechos 13:36 (NVI).

Vivir con propósito es la única manera de vivir realmente. Todo lo demás es existir.

La mayoría de las personas luchan con tres asuntos básicos en su vida. La primera es identidad: “¿Quién soy?” La segunda en importancia: “¿Importo yo?” La tercera en impactar: “¿Cuál es mi lugar en la vida?” Las respuestas a todas estas preguntas están en los cinco propósitos de Dios para ti.
En el Aposento Alto, cuando Jesús concluía su último día de ministerio con sus discípulos, les lavó sus pies como ejemplo y les dijo: “¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica”. Una vez que conoces lo que Dios quiere que hagas, la bendición viene al ponerlo en práctica. Mientras llegamos al final de nuestro peregrinaje de los cuarenta días juntos, ahora que sabes el propósito de Dios para tu vida ¡serás bendecido si lo cumples!
Tal vez esto signifique que debes dejar algunas cosas que estás haciendo. Hay muchas “buenas” cosas que puedes hacer con tu vida, pero estos cinco son los propósitos esenciales de Dios que debes cumplir.
Desafortunadamente, es fácil distraernos u olvidarnos de lo que es importante. Es fácil desviarse de lo que es relevante y salirse del curso poco a poco. Para prevenir esto, debes desarrollar una declaración de propósito para tu vida y revisarla regularmente.

¿QUÉ ES UNA DECLARACIÓN DE PROPÓSITO?
Es un resumen de los propósitos de Dios para tu vida. En tus propias palabras, afirma tu compromiso con los cinco propósitos de Dios para tu vida. Esta declaración no es una lista de objetivos. Las metas son temporales; los propósitos son eternos. La Biblia señala: “Sus planes perduran para siempre; sus propósitos durarán eternamente”.
La declaración indica la dirección de tu vida.
Si escribes tus propósitos, te esforzarás en pensar específicamente en el camino de tu vida. La Biblia dice: “Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos”. La declaración de propósito no sólo aclara lo que propones hacer con tu tiempo, vida y dinero, sino que también insinúa lo que no harás. Proverbios dice: “La meta del prudente es la sabiduría; el necio divaga contemplando vanos horizontes”.
Es la declaración que define lo que es el “éxito” para ti. Esto manifiesta que lo que consideras importante, no es lo que el mundo considera como tal. Clarifica tus valores. Pablo dijo: “Yo quiero que entiendas lo que realmente es importante”.
La declaración clarifica tus papeles. Tendrás papeles distintos en diferentes etapas de tu vida, pero tus propósitos nunca cambiarán. Son más grandiosos que cualquier papel que desempeñes.
La declaración expresa tu forma. Esto refleja la manera única en que Dios te hizo para tu servicio. Toma el tiempo necesario para escribir la declaración de propósito de tu vida. No trates de completarla de una sola vez, ni aspires a hacerla perfecta en el primer borrador; sólo escribe tus pensamientos tan pronto como te lleguen. Siempre es más fácil corregirla que crearla. Aquí están las cinco preguntas que debes considerar cuando prepares la declaración de tu propósito.

LAS CINCO PREGUNTAS MÁS IMPORTANTES DE LA VIDA
¿Cuál será el centro de mi vida? Es la pregunta de la adoración. ¿Para quién vivirás? (¿Alrededor de qué estás edificando tu vida?) Puedes centrar tu vida alrededor de tu carrera, tu familia, un deporte o diversión, dinero, entretenimiento o muchas otras actividades. Todas ellas son buenas, pero no pertenecen al centro de tu vida. Ninguna basta para sostenerte cuando la vida comience a despedazarse. Necesitas un centro inconmovible.
El rey Asa le dijo al pueblo de Judá que “centraran sus vidas en Dios”. Realmente, cualquiera que sea el centro de tu vida constituye tu dios. Cuando le entregaste tu vida a Cristo, Él pasó a ser el centro, pero debes mantenerlo allí mediante la adoración. Pablo dijo: “para que por fe Cristo habite en sus corazones”.
¿Cómo sabes cuándo Dios es el centro de tu vida? Cuando Dios es el centro de tu vida lo adoras. Cuando no, te preocupas. La preocupación es la luz que te advierte que empujas a Dios a un lado. Cuando lo pongas de nuevo en el centro tendrás paz otra vez. La Biblia dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.
¿Cuál será el carácter de mi vida? Esta es la pregunta del discipulado. ¿qué clase de persona serás? Dios está más interesado en lo que eres que en lo que haces. Recuerda, el carácter te lo llevarás a la eternidad, tu carrera no. Haz una lista de las cualidades de tu carácter que quieres desarrollar en tu vida. Puedes comenzar con el fruto del Espíritu o las bienaventuranzas.
Pedro dijo: “Esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. No te desanimes ni te rindas cuando tropieces. Requiere una vida entera forjar un carácter como el de Cristo. Pablo le dijo a Timoteo: “Mantente enfocado en tu carácter y enseñanza. No te distraigas. Sigue perseverando”.
¿Cuál será la contribución de mi vida? Esta pregunta se refiere al servicio. ¿Cuál será tu ministerio en el cuerpo de Cristo? Conociendo mi combinación de dones espirituales, corazón, habilidades, personalidad y experiencias (FORMA: Formación espiritual, Oportunidades, Recursos, Mi personalidad, Antecedentes), ¿cuál será tu mejor papel en la familia de Dios? ¿Cómo puedes hacer la diferencia? ¿Hay un grupo específico del cuerpo para el cual fui formado para servir? Pablo señaló dos beneficios maravillosos cuando cumples con tu ministerio: “Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no sólo suple las necesidades de los santos, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios”.
Aunque fuiste formado para servir a otros, considera que ni Jesús satisfizo las necesidades de todo el mundo mientras estuvo en la tierra. Tienes que escoger a quiénes puedes ayudar mejor, basado en tu forma. Necesitas preguntarte: “¿A quién deseo ayudar más?” Jesús dijo: “Los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure”. Cada uno de nosotros da frutos diferentes.
¿Cuál será la comunicación de mi vida? Esto se refiere a tu misión a los no creyentes. Tu declaración de misión es parte de la declaración del propósito de tu vida. Esto debería incluir tu compromiso de compartir el testimonio y las buenas nuevas con otros. También debes hacer una lista con las lecciones de la vida y pasiones divinas que sientes que Dios te ha dado para compartir con el mundo. Mientras vas creciendo en Cristo, Dios puede darte un grupo especial de personas para que te enfoques en alcanzarlas. Asegúrate de añadir esto a tu declaración.
Si eres padre, parte de tu misión es criar a tus hijos en el conocimiento de Cristo, para ayudarlos a entender los propósitos de Él para sus vidas, y enviarlos a su misión en el mundo. Puedes incluir la declaración de Josué en la tuya: “Yo y mi casa serviremos al Señor”.
Por supuesto, nuestras vidas deben dar testimonio y confirmar el mensaje que comunicamos. Antes que la mayoría de los no creyentes acepten la Biblia como creíble, quieren saber cuán creíbles somos nosotros. Por eso es que la Palabra de Dios afirma: “Asegúrate de vivir de una manera que traiga honor a las buenas nuevas de Cristo”.
¿Cuál será la comunidad de mi vida? Esto tiene que ver con el compañerismo y la comunión. ¿Cómo mostrarás tu compromiso con otros creyentes y tu conexión con la familia de Dios? (¿Dónde vas a practicar el mandamiento “unos a los otros” con otros cristianos?) ¿a cuál familia de iglesia te unirás como un miembro activo? (Cuanto más maduras más amarás al cuerpo de Cristo y querrás sacrificarte por él). La Biblia dice: “Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella”. Debes incluir una expresión de amor para la iglesia de Dios en tu declaración.
Al considerar tus respuestas a estas preguntas, incluye cualquier escritura que te hable acerca de cada uno de esos propósitos. Hay muchas en este libro. Puede que te tome semanas o meses elaborar la declaración del propósito de tu vida en la manera que quieres. Ora, piensa en esto, habla con tus amigos y reflexiona en las Escrituras. Puedes volver a escribirlas cuantas veces sean necesarias hasta que llegues a tu declaración final. Aun después, quizás le hagas algunos cambios menores de acuerdo con lo que Dios te vaya haciendo entender y según tu forma. Si quieres ver algunos ejemplos de otras personas puedes enviarme un correo electrónico. (apéndice 2).
Además de escribir en detalle la declaración del propósito de tu vida, también es útil una declaración breve o lema que resuma los cinco propósitos de tu vida de manera que los puedas memorizar y para que te inspiren. Así podrás recordarlos diariamente. Salomón aconsejó: “Será bueno mantener estas cosas en tu mente para que puedas repetirlas”.
Aquí tienes algunos ejemplos:
§ “Mi propósito en la vida es adorar a Cristo con todo mi corazón, servirle con mi FORMA, tener compañerismo con su familia, crecer igual a Él en carácter, y cumplir su misión en el mundo para que así reciba la gloria”.
§ “Mi propósito en la vida es ser un miembro de la familia de Cristo, un modelo de su carácter, un ministro de su gracia, ser un mensajero de su palabra y un magnificador de su gloria”.
§ “Mi propósito de vida es amar a Cristo, crecer en Cristo, compartir a Cristo, servir a Cristo, a través de su iglesia y guiar a mi familia y a otros a hacer lo mismo”.
§ “Mi propósito en la vida es hacer un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión”.
§ “Mi objetivo es parecerme más a Cristo, mi familia es la iglesia, mi ministerio es___________; mi misión es____________; mi motivo es la gloria de Dios”.
Puedes pensar: “¿Y qué acerca de la voluntad de Dios para mi trabajo o matrimonio? O ¿Dónde se supone que tengo que vivir o ir a estudiar?” Sinceramente, estos son asuntos secundarios en tu vida, puedes tener muchas posibilidades y todas pueden caber dentro de la voluntad de Dios para ti. Lo más importante es que tú cumplas los propósitos eternos de Dios, independientemente de donde vivas o trabajes o con quien estés casado. Esas decisiones deben apoyar tus propósitos. La Biblia dice: “Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero son los propósitos del Señor los que prevalecen”. Enfócate en los propósitos de Dios para tu vida, no en tus planes, ya que son los que perdurarán.
Una vez escuché la sugerencia de desarrollar la declaración de propósito para tu vida basándola en lo que esperas que la gente diga en tu entierro. Imagina el elogio perfecto y después elabora tu declaración basada en eso. Francamente, es mala idea. Al final de tu vida no importa lo que las otras personas digan acerca de ti. Lo único que te debe importar es lo que Dios diga de ti. La Biblia declara: “Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas”.Un día Dios revisará tus respuestas a estas preguntas. ¿Pusiste a Jesús en el centro de tu vida? ¿Desarrollaste su carácter? ¿Diste tu vida por servir a otros? ¿Comunicaste su mensaje y cumpliste su misión? ¿Amaste y participaste en su familia? Estas son las únicas cosas que contarán.
Como dijo Pablo: “Nuestro propósito es complacer a Dios, no a los hombres”.

DIOS QUIERE USARTE
Unos treinta años atrás, observé una frase breve en Hechos 13:36 que alteró por siempre el curso de mi vida. Fueron sólo catorce palabras pero, como una marca de hierro ardiente, impactaron mi vida poderosamente: “David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió”. al fin entendí por qué Dios llamó a David “un hombre conforme a mi corazón”. David dedicó su vida a cumplir los propósitos de dios en la tierra.
¡No hay epitafio más grande que este! Imagínatelo grabado en tu lápida: “Este fue_______ quien sirvió para el propósito de Dios en su generación”. Mi oración es que las personas sean capaces de decir esto acerca de mí cuando muera. También es mi oración que lo digan respecto a ti. Por eso escribí este libro para ti. Esta frase es la definición concluyente de una vida bien vivida. Haz lo eternal y perdurable (propósito de Dios), de una manera contemporánea y oportuna (en tu generación). Esto es la esencia de una vida con propósito. Ni las generaciones pasadas ni las futuras pueden servir al propósito de Dios en esta generación, sólo nosotros podemos. Así como a Ester, Dios te creó “para un tiempo como éste”.
Dios todavía busca personas para usarlas. La Biblia dice que “EL SEÑOR recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles”. ¿Serás tú una de esas personas que Dios quiere usar para sus propósitos? ¿Servirás al propósito de Dios en esta generación?
Pablo vivió una vida con propósito. Él dijo: “Yo corro hacia la meta con un propósito en cada paso”. Su única razón para vivir era cumplir los propósitos que Dios tenía para él, y agregó: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.
Pablo no tenía miedo a vivir ni a morir. En cualquier forma cumpliría los propósitos de Dios. ¡No podía perder!
Un día la historia concluirá, sin embargo la eternidad continuará para siempre. William Carey acertó: “El futuro es tan brillante como las promesas de Dios”. Cuando te parezca difícil cumplir tus propósitos, no te desanimes. Recuerda tu recompensa, que perdurará por siempre. La Biblia dice: “Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento”.
Imagínate como será cuando estemos todos de pie frente al trono de Dios, presentando nuestras vidas en profunda gratitud y adoración a Cristo. Juntos diremos: “¡Digno, oh Señor1 ¡Sí, nuestro Dios! ¡Toma la gloria, el honor; el poder! ¡Tú creaste todo; todo fue creado porque así lo quisiste!”
¡Lo alabaremos a él por su plan y viviremos para sus propósitos por siempre!

DÍA CUARENTA
PENSANDO EN MI PROPÓSITO

Punto de reflexión: Vivir con propósito es la única manera de vivir de verdad.

Versículo para recordar: “David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió”. Hechos 13:36 (NVI).

Pregunta para considerar: ¿Cuándo tomaré el tiempo para apuntar mis respuestas a las cinco grandes preguntas de la vida? ¿Cuándo plasmaré mi propósito en papel?


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